miércoles, 12 de marzo de 2008

Mucho color


  Bollywood- The Show nace del los múltiples viajes que Toby Gough, autor y director del musical, ha hecho a lo largo de sus proyectos humanitarios. “The Merchant of Bollywood” es una producción que sabe convinar la danza, la música y el teatro.

  Partiendo del deseo de un hombre ( Shantilak, el último de la dinastía Merchant), que perdure la danza de los dioses, empieza un espectáculo lleno de color. Con sólo una estatua de un Buda en el escenario, varios bailarines se unen al compás de la música clásica hindú formando con sus prensas coloridas un auténtico culto. Pero lejos de ser musical monótono, el espectáculo da un giro cuando la protagonista del musical y nieta de Shantilak, Ayesha, decide abandonar su tierra para convertirse en la coreógrafa de los modernos filmes de Bollywood.

  A partir de aquí empiezan una serie de escenas en las que la música y los bailes dejan de ser los tradicionales. La gran industria de Bollywood se ha sumado a la globalización, y las danzas folklóricas se transforman en bailes vanguardistas. Un vestuario provocador, una música estridente y un ritmo imparable son los elementos que caracterizan estos bailes.

  Ayesha temerosa de que no quede nadie que perpetúe la tradición familiar vuelve a su pueblo en los desiertos de Rajasthan donde hará que la danza de los dioses y los nuevos estilos occidentales de danza sean compatibles.

  Los artistas a lo largo del show muestran su increíble capacidad de baile. Camuflados bajo las muy diferentes prendas, los bailarines se mueven al unísimo gracias a la precisión de sus movimientos. El musical concluye con la combinación armoniosa de los ritmos tradicionales hindúes y los temas musicales de más éxito de los filmes de Bollywood. Pero Bollywood- The Show descata sobre todo por su vitalidad, por su color.

domingo, 9 de marzo de 2008

¿Te gusta la política?

  Muchas son las veces que he escuchado esta pregunta. No sé si es exactamente la pregunta adecuada porque gustarme, lo que el verbo "gustar" significa, no me gusta. Porque siendo sinceros, ¿a quién le gusta la política? Cierto es que a los políticos algo les debe gustar o deben sentir alguna motivación, sino no ejercerían como tal, pero sinceramente creo que incluso ellos están hartos. ¿Acaso a las personas les gusta recibir críticas e insultos? Lo de las críticas es lo de menos, puesto que toda persona segura de sí misma acepta las críticas que sea. De esta forma, se podría decir que la política no me gusta porque está llena de promesas falsas, rencores y rumores.
  Sin embargo, creo que el hecho de que no te guste la política no implica que no te intereses lo más mínimo por ella, porque al fin y al cabo nuestro país depende fundamentalmente de los políticos que gobiernan. Con esto quiero decir que a uno le tiene que interesar la política para saber cuál de los partidos le gusta más, cuál de ellos es el más racional y, por supuesto, justo. De esta forma la persona podrá elegir algo que le guste independientemente de si gana o pierde. Si por lo contrario uno no muestra interés alguno y se abstiene, puede, sin quererlo, darle más fuerza a un partido que precisamente no le guste o no le convenga en absoluto. La abstención no significa nada. A decir verdad significa el desinterés por la política, pero ¿sirve de algo? Efectivamente el ciudadano que no vota no está ejerciendo su derecho como tal. Sin embargo no pasa lo mismo con el que vota en blanco, puesto que éste sí que está ejerciendo su derecho; el que vota en blanco está formulando su desacuerdo con los partidos que se presentan.
  Así pues es necesario prestar atención en política. Y fijarse bien en los aspectos implícitos de cada programa puesto que pueden ocurrir desgracias en el peor de los casos como ocurrió en 1933 cuando Hitler ganó el poder.